El encuentro

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Visitando a mis abuelos pasó algo extraño… Fue el 14 de marzo del 2004.

El panteón estaba nublado aquella tarde, anunciando una lluvia que de buena gana diría “salió con el mero propósito de fregar mi camino”, mientras compraba de esas flores culpables de que –digamos- a veces “huele a panteón…”

Bueno, el caso es que vi, sentado en una banca, a un chavo de unos 20 años… era fácil de reconocer pues su largo y pelirrojo cabello resaltaba con su negra gabardina… sin dejar atrás su barba y bigote que daban un aspecto más afilado a su cara… En sus ojos había cierto dejo de tristeza y ansiedad a la vez… y no me hubiera fijado en él de haber sido quien me pidió la hora cuando caminaba… a lo cual yo respondería un “son las 4:00pm” sin pensar en nada “fantasmal” sobre eso…

Rápidamente desvié la mirada y fui directo a las tumbas, que me esperaban con una fría y siniestra ausencia… Les guardaba mucho respeto a aquellos, pero me preguntaba aún porqué demonios seguía arreglando su espacio de tierra con flores, cuando nada importaría ya…

Después de pagarle al “chiquillo” que traía el agua, salí casi triunfante por haber cumplido mi trabajo… y, para no hacerla de tos, subí al metro para regresar, me senté y bajé todo el cargamento cuando al lado de mí se sienta el mismo tipo pelirrojo:

- Hola de nuevo, -dijo- parece que el destino nos une, ¿no crees?

Yo lo miré con mi sonrisa de asustada, sospechando que he sido seguida este tiempo… pero sin embargo lo saludé…

- ¿Cómo te llamas, perdón?

- Sandra…

- Ah… parece que has venido a visitar a alguien, ¿cierto?

- Eee… sí, a mis abuelos…

- Ah… bien, qué bueno que no fue nadie más cercano… yo vengo a visitar a mis padres y a mi novia…

- Vaya, lo siento mucho…

- ¡Qué va! no importa, ya estoy acostumbrado a este tipo de cosas; parece que la vida me arrebata lo que me promete sin dejarme ni siquiera conocerlo…

- No digas eso… -miraba rápido la ventana, deseando que llegara ya a mi estación para zafarme de una vez.-.

- En serio, tengo muy mala suerte…

- Oye, ¿no te habrán hecho brujería o algo así?

- ¿Brujería? jajaja, que va… si yo estoy protegido por la mismísima muerte… siempre me acompaña pero nunca me lleva…

- Tranquilo, las cosas pasan por algo…

- Pero es que no entiendes… eres muy chica para entenderlo… cada persona que empiezo a apreciar muere… primero mi mejor amigo… estábamos en el coche, algo tomados… chocamos… él murió…

- Lo siento…-dije una vez más, algo incómoda por no tener nada que decir-.

- Bueno eso fue en el 99, después fueron mis padres, después fue mi novia… -suspiró melancólico- todo por un acto de cobardía…

- ¿De qué hablas?

- Bueno, no me lo creerías.

- Solo dilo…

- Cuando tuve aquel accidente parece que soñé algo… supongo que la muerte… y yo le rogaba que me dejara en paz, que quería vivir, mientras ella decía que la acompañara y yo me negué… tanto que la harté… y desperté…

- Eee… -me quedé callada conteniendo una risa que, de no haber sido porque se volteó a la puerta, me hubiera descubierto-.

- Ahora, -prosiguió- ella se lleva a todos menos a mí… sólo espero que acabe mi penitencia con la esperanza de que llegue ese día alguna vez…

- ¿Y por qué no te matas? -fue lo más honesto que le pude decir… me empezaba a fastidiar-.

- ¿Crees que no lo he intentado? …pero siempre me “salvo”… por eso te cuento esto niña… para advertirte que si algún día te pasa lo mismo, no reniegues… y de todo corazón, te deseo que no obtengas todo lo que deseas… pues a veces lo que más pides es lo que más te hace sufrir.

- Eeee… bueno, ya llegué a mi estación, te cuidas…

- Fernando, -dijo- Luis Fernando Ruiz.

Rápidamente salí, algo asustada, no por el hecho de “creer” que habló con la muerte, sino por la idea de que estuviera zafado. Cuando llegué a la casa me propuse terminar la tarea, entré a internet y busqué información…

Revisé periódicos de 1960 en adelante… cuando en uno vi una foto que se me hizo familiar…

14 de marzo de 1999, accidente en el Periférico… dos jóvenes en estado de ebriedad se desviaron y chocaron… uno de ellos fue herido (Federico Carrión) y el otro murió por un golpe en la cabeza (Luis Fernando Ruiz).

Yo di un salto al leer esto, y en la foto sólo pude distinguir aquel pelo largo y pelirrojo, brillando a más no poder…

Fui investigando más y supe que ni sus padres ni su novia habían muerto, así como su amigo…

Apagué la computadora y una nube de dudas invadió mi cabeza…

 

 

 

Publicación original: whitepuma.net - Julio 2, 2004

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