La puerta

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La puerta siempre estuvo ahí.

Nadie sabía de su existencia, hasta el día en que dos antropólogos que exploraban esa zona desértica del medio oriente se acercaron a examinar la cueva. Para ellos fue muy extraño -tanto como lo fue para el mundo entero el día que se revelaron los resultados de las investigaciones- haberla encontrado... tan perfecta... tan bien conservada... sin rastro alguno de erosión o envejecimiento por el tiempo. Parecía que la habían colocado ahí el día anterior a su descubrimiento.

La puerta fue nombrada "La puerta de Barry-Anderson" gracias a ese par de antropólogos, que se coronaron de fama y fortuna en el transcurso de los años siguientes.

Para Danny, la puerta se había convertido en una obsesión. Su tesis sobre ella había ganado premios interescolares, e incluso se había vendido como pan caliente en las librerías... a 6 meses de haberla escrito, había dado a luz como un hermoso bebé, convirtiéndose de trabajo nocturno alimentado por litros de café en uno de los best-sellers de más éxito de finales del 98 y lo que iba del 99.

Pero su respeto hacia la puerta le había impedido entrar en ella. Siempre que las ganas de ver lo que había realmente del otro lado invadían su espíritu, Danny veía nuevamente el video que la MSNBC había transmitido el 3 de abril de 1998.

Mucha gente pensó -y de hecho se quejó con la MSNBC- que el famoso video era un fraude... pero los testimonios tomados en los meses siguientes hicieron a la cadena televisiva ganar puntos en su rating, lo cual se vio reflejado en sus acciones. Y para darle más publicidad al asunto, sus principales conductores de noticias pasaron "del otro lado", trayendo testimoniales borrosos dada la elevada cantidad de radiación magnética que imperaba "dentro", pero bastante creíbles.

Danny no podía explicarse aún qué eran esas figuras humanoides que parecían portar un enorme par de alas en la espalda. Todos los que habían atravesado el umbral de la puerta decían que eran ángeles, y sus vidas habían cambiado drásticamente. Muchos de ellos habían conseguido un bienestar material impresionante... Por ejemplo: aquél dueño de la pizzería mediocre en el Bronx ahora tenía una cadena muy próspera en todo Nueva York. O aquella pareja californiana que ganó más de 20 millones de dólares en una sola noche en Las Vegas... Y los otros miles de personas que habían cruzado la puerta... miles que se multiplicaban por cientos. Pero... dentro del corazón de Danny, algo le decía que no estaba bien, y siempre terminaba acercándose a la pantalla y preguntándole a las imágenes... "¿quiénes son ustedes? ¿de dónde vienen? ¿son ángeles o extraterrestres?"

La curiosidad pudo más. Cierto día emprendió camino por segunda vez hacia el templo que los fieles de la religión católica habían construido (mismo que el Papa había bendecido), hacia el oriente.

Cuando el avión arribó al aeropuerto, un tumulto de gente se movía en las afueras, esperando transporte hacia los albergues más cercanos a la puerta. Apenas se podía caminar en los pasillos, y todas las casetas de taxis estaban a reventar.

Danny buscaba algún carro para llegar al hotel "Indaba", en el cual lo esperaba una confortable cama. No era el mejor de los hoteles, pero era bastante decente. Al no encontrar un taxi, Danny decidió llamar al hotel para pedir que alguien fuera a recogerlo. Buscó un teléfono en las afueras del aeropuerto -las filas en los teléfonos de adentro tenían una longitud aproximada a los 45 minutos- y casualmente encontró una caseta semidestruída por algún ataque terrorista.

-Hotel Indaba, buenas noches, ¿en que buedo servirle? -dijo la voz después de marcar el número en el aparato-

-Hola, soy Daniel McDowell, hace unos días hice una reservación con ustedes, pero...

-Bermítame un momentos, -interrumpió el individuo- voy a verificar si su habitación no ha sido ocubadas...

La quijada de Danny cayó al suelo, pero no le quedaba más que esperar que el "harbano" se pusiera al teléfono para aclarar la situación.

-Disculbe sanior Daniel, bero lamentablemente su habitación fue ocubada por uno de los militares que están cubriendo las buertas...

Danny, enfurecido, respondió:

-¡¡¡ OIGAME IDIOTA !!! vengo desde los Estados Unidos a recopilar material para un libro y estoy en el maldito aeropuerto !!! yo no se cómo va usted a hacerle pero en cuanto yo llegue para allá QUIERO MI HABITACIÓN, ¿ME ESCUCHÓ?

- Bero sanior...

- ¡¡¡ ADIÓS !!! -gritó Danny antes de colgar violentamente el auricular-.

Danny caminó algunas cuadras lejos del aeropuerto para tratar de tomar un taxi. Gracias a ello pudo tranquilizarse y concluir en que no podía hacer nada si algún militar había tomado su habitación... Seguramente sería algún capitán o gente de peso y el reclamar sólo lo llevaría a un grave aprieto.

Las calles estaban desoladas, pero se veían tranquilas... ningún vehículo pasaba. Danny comenzaba a desesperarse cuando un automóvil algo viejo de color amarillo doblaba la esquina unas cuadras adelante. Enfocó su vista lo más que pudo y alcanzó a ver la torreta del taxi y la bandera encendida. Más tardó taxi en dar la vuelta que Danny hacerle la parada. El taxista se estacionó a un costado de Danny y éste se subió de inmediato. El taxista, todavía sorprendido, le preguntó al súbito cliente con un inglés bastante fluido:

Danny interrumpió:

Una sonrisa se pintó en la cara del taxista y prosiguió hablando:

Danny levantó el dedo índice y dijo:

Pregunta inconclusa que el taxista respondió inmediatamente:

Y emprendieron el camino. El hotel estaba algo retirado de la civilización, pero no muy retirado de la puerta. Era una zona casi baldía, con pocas casas, pero... ¡¡¡ tenía su propio sitio de taxis !!! eso era más que suficiente.

El hotel lucía hermoso: muy bien iluminado, de primera. Lo que era raro era la zona en la que estaba ubicado... pero era magnífico.

El taxista lo dejó en la entrada. Danny pretendía sacar su billetera cuando el taxista arrancó, dejándolo con el billete en la mano. Danny sólo levantó los hombros en señal de "él se lo pierde" y regresó la billetera al bolsillo camino al lobby.

Parecía noche de sorpresas. El lobby estaba exquisitamente alfombrado. No había un alma ahí, pero se escuchaba algo de bullicio en el bar. Danny se asomó a curiosear y notó que el bar estaba lleno de gente que parecía ser de una sociedad muy antigua. "tal vez sea una fiesta de disfraces", pensó. Una mano se posó sobre su hombro izquierdo, acompañada de una muy agradable voz masculina:

- Disculpe, señor... ¿está usted invitado a la inauguración? -dijo el sujeto-.

Danny, al voltear, vio un hombre de edad madura, canoso, algo calvo, cuya barba caía como cascada sobre su pecho. Los ojos de este tipo eran como mágicos... su brillo daba una sensación de tranquilidad, y su voz era armoniosa y adictiva. Danny tuvo que reprimir el deseo de darle un abrazo al tipo y quedársele prendido como sanguijuela.

- Eh... no, no en realidad, sólo buscaba una habitación. -dijo Danny regresando en sí mismo-.

El sujeto, encantado, exclamó:

-¡Vaya que esta fue una buena noche para inaugurar el hotel! señor mío, le daré la suite presidencial sin costo alguno sólo por ser usted nuestro primer cliente.

-Pero yo...

-¡¡¡sin pero que valga!!! acompáñeme, por favor.

A Danny no le quedó otra más que seguir al tipo hacia el bar. Éste llamó a uno de los meseros que atendían a los invitados, el cual llegó ipso facto. El tipo le dio un par de instrucciones y el mesero tomó la maleta de Danny, quien se dispuso a perseguirlo para que lo llevara a su habitación (bueno, primero había que darle las gracias a quien le regaló una estancia de 10 estrellas-.

-Señor, quiero agradecerle de antemano el que usted...

-¡¡¡ ATENCIÓN TODOS !!! -gritó el tipo, ganando que todos voltearan hacia donde él estaba. Danny quizo hacerse chiquito y meterse en la bolsa de su pantalón al imaginar lo que sucedería-. ¡¡¡ PERMÍTANME PRESENTARLES A NUESTRO PRIMER HUESPED !!! -gritó de nuevo, tomando a Danny por la espalda con una mano y señalándolo con la otra, acto que todos ovacionaron-.

-Oiga... yo...

-Por favor siéntase como en su casa. Queda usted invitado sin costo alguno a nuestra inauguración. Por favor, intégrese.

-Oiga, realmente la importancia de mi persona en la sociedad no da para tanto... ¿acaso sabe usted quien soy? -preguntó Danny esperando recibir un "sí" por respuesta.

-¡¡¡ por supuesto !!! usted es nuestro primer cliente !!! -dijo el tipo antes de desaparecer entre la demás gente.

No le quedó más que integrarse con los demás y embriagarse un poco.

Eran alrededor de las 3 de la mañana cuando Danny tocaba el colchón de su habitación. De hecho, tocó la almohada y cayó como piedra. No despertó sino hasta las 3 de la tarde, ya era domingo, el 4 de abril para ser exacto. Después de darse un baño bajó al restaurante a comer algo... pero estaba completamente vacío. Sólo la mesera de la barra lo recibió con una cálida sonrisa, la cual lo alentó a sentarse frente a ella.

La chica vio la cara de recién levantado de Danny y respondió:

- ¿Le sirvo algo? preguntó ella.

- Eh... si, tráigame unos huevos con tocino y un vaso de leche, por favor.

- Bueno. Como usted es nuestro primer cliente haré una excepción... ya es demasiado tarde para los desayunos -aclaró ella mientras se dirigía hacia el cocinero-.

- ¡Gracias, preciosa! -agradeció Danny guiñándole coquetamente el ojo derecho antes de voltear a ver el televisor.

La toma aérea de los alrededores del templo era impresionante. Una masa creciente de miles de seres humanos ahí, reunidos, arrodillados, celebrando u orando. Parecía que el mismísimo Dios había hecho presencia ese día.

La reportera, eufórica, no dejaba de hablar del ser que había salido de la puerta a dar su mensaje y regresar del otro lado, video que iban a transmitir por enésima vez después de un par de cortes comerciales.

¿Qué, bajó Dios a saludar a sus creyentes? -preguntó sarcásticamente Danny a la mesera, quien traía la jarra de café y una bandeja de pan tostado con mantequilla-

Carcajeándose, ella contestó:

- ¡Así parece! ...no han dejado de repetir ese video toda la mañana... un grupo de científicos que tenían su base a unos metros de la puerta lo vieron salir, eran alrededor de las 6 de la mañana. El "ángel" dijo unas palabras y se regresó como si nada. La noticia ha corrido como reguero de pólvora... han arribado alrededor de 200,000 gentes de todos lados del mundo para celebrar el suceso.

 

-Vaya con la muchacha -dijo Danny- ...parece que no se te hace gracioso el suceso...

-Bola de idiotas -respondió ella medio molesta- ...sólo entregan su alma a la persona equivocada.

-¿Cómo dices? -inquirió Danny, mirándola fijamente a los ojos, tratando de descubrir lo que cruzaba por su mente-

-¡¡¡Es la verdad!!! -gritó ella- ...¿O acaso no cree usted que es demasiado maravilloso que, después de miles de años de "ausencia", de repente aparezca una puerta misteriosa detrás de la cual hay "ángeles" que le conceden todo lo que les pide?

-Bueno -aclaró Danny- ...yo escribí algo al respecto, y he comprobado que el aura de las personas que salen de ahí es lo más puro que existe en este mundo... por eso tienen todo lo que desean, porque no hay traumas o cosas negativas en ellos después de estar ahí...

-¿Qué, es usted religioso o psíquico? -preguntó la mesera, quien traía en la mano los huevos con tocino que Danny había pedido-.

-No, soy un simple escritor -respondió Danny mientras se preparaba a devorar su almuerzo-. Escribí un libro sobre la puerta y en lo que el mundo se ha transformado después de su descubrimiento. De hecho vengo a curiosear por segunda vez al respecto, y estoy dispuesto a cruzar a ver que me encuentro.

- Tenga precaución -advirtió ella- ...no deje que "ellos" lo marquen, porque lo intentarán... no confíe en ellos.

-¿Experiencia personal? -inquirió Danny-

-No, simple consejo. -Terminó la chica mientras desaparecía detrás de la puerta a la cocina-.

Danny terminó con los huevos y el café. Se fumó un par de cigarrillos y como la chica no aparecía, dejó lo correspondiente al consumo mas la propina y se retiró a su recámara.

Al abrir la puerta inmediatamente encendió el televisor, sintonizó la MSNBC y para su suerte, estaban hablando del ángel que se asomó a hablarle al mundo. Y comenzó el video.

Un increíble ser, con una voz que el mismo James Earl Jones envidiaría, con una estatura que cualquier jugador de basquetbol quisiera tener, una complexión que al mismo Arnold Schwarzennegger dejaría con la quijada en el suelo, y una hermosura tal que dejaba estúpida a la misma Isabella Rosellini, hablaba frente a la cámara que el atónito científico sostenía sobre sus hombros (vaya que se oía el agitado palpitar de su corazón y la acelerada respiración). Una magnífica luz blanca salía de su piel... un aura con una belleza nunca antes vista en una impresión Kirlian... el ser definitivamente era un ángel.

De los labios de tan magnífico ser salían las siguientes palabras:

Hombres y mujeres de este mundo: han de saber que nosotros estamos aquí para seleccionar a aquellos que vendrán a habitar el nuevo mundo. Todos aquellos que ya han entrado a nuestro mundo ya han sido marcados. Todos aquellos que deseen también venir, deberán pasar del otro lado de la puerta. El tiempo se agota, así que si desean pertenecer a nuestro mundo, deberán cruzar el umbral.

Ahora entendía Danny el porqué de la multitud. Ni tardo ni perezoso, caminó como pudo hacia el campamento científico en donde fue muy bien recibido. Los reporteros de los distintos medios que pudieron saltar sobre la muchedumbre (a la cual difícilmente controlaba el cuerpo policiaco) y que pudieron pescarlo no dejaron de preguntarle qué hacía él ahí. "Sólo investigo... recopilo material para editarlo lo más pronto posible" era su respuesta.

Un mes había pasado. Danny seguía ahí. Menos mal que las fuerzas religiosas llegaron a apaciguar el ímpetu fanático que predominaba toda la zona. Eran más de medio millón de personas las que había alrededor... No había método comercial de llegar (buena estrategia para evitar que el mundo entero se volcara sobre el lugar y agotara todos los recursos del país), y miles habían muerto al intentar atravesar el desierto a pié. La milicia tenía perfectamente aseguradas las líneas fronterizas.

La estancia en el hotel fue verdaderamente excepcional... el tipo -a quien Danny nunca se atrevió a preguntar si era el dueño o sólo el gerente- no le permitió pagar un centavo. El dinero que Danny pagaba a la escurridiza mesera del restaurante (con quien mantenía diariamente -a la hora de la comida- acaloradas discusiones sobre los ángeles del otro lado de la puerta) siempre aparecía sobre su sofá cuando llegaba en las noches a dormir. Poca gente se veía en los pasillos, en el lobby y en el bar del hotel, parecía que quebraría pronto si el dueño no hacía algo al respecto.

La mañana del 5 de mayo, listo para editar su segundo libro, Danny hizo su equipaje y bajó al lobby. El tipo de blanca barba estaba ahí, con la mesera del restaurante a un lado. Parecía que lo esperaban.

-Señor, quiero darle las gracias por...

-Bah, no tiene nada que agradecer, muchacho. Al contrario, gracias a usted por haber venido a nosotros. Espero que su libro sirva para que la gente sepa lo que es realmente esa puerta.

-¡Y que lo diga! con las cosas que he visto, lo que he soñado y lo que aquí su hija me ha recomendado, creo que mucha gente cambiará de parecer respecto a la puerta.

-¡¡¡JA JA JA JA JA!!! mi hija !!! claro que lo es !!! cómo lo supo? acaso ella se lo dijo?

-No, en realidad simplemente lo supuse

-Muy bien, muy bien... ahora vete antes de que te deje el avión... y que Dios te bendiga.

Al sentir Danny esa bendición, su ser entero se sacudió como si lo hubieran golpeado en la cabeza... Sólo balbuceó "ah... gracias... i... igualmente" y caminó hacia el taxi -que ya lo esperaba ahí-. El lapsus pasó unos instantes después, cuando llegaba al aeropuerto.

Salió de regreso a los Estados Unidos con una enorme sonrisa en la cara... no había podido pasar del otro lado de la puerta, pero se ganaría un Pullitzer con su segundo libro... esa mesera lo había ayudado mucho... gran parte de su éxito se lo debía a ella, y ni se diga del viejo gerente del hotel... de no haber sido por él, no hubiera podido recopilar tanto material.

A mediados de Junio el libro ya había roto todos los records habidos y por haber, ya que fue el libro más rápidamente escrito, editado, impreso y comercializado, así como el más vendido en la historia del arte impreso. Danny ganó tanta fama y fortuna que hasta fue fichado por la sociedad religiosa, ya que ponía en duda la creencia de que los ángeles que habitaban del otro lado fueran en realidad emisarios divinos, y que más bien parecían "mentirosos" convenencieros -por no llamarlos demonios-.

Si, aquella mesera había dejado muy bien clavada la espina... y éste era el resultado.

El escepticismo había surgido gracias al libro de Danny: poco a poco la gente dejó de ir hacia la puerta, hasta que fue olvidada por todos. El último en salir de ahí lo hizo a finales de octubre. En ese momento fue cuando volvió a aparecer en los encabezados de los periódicos de todo el mundo: el primero de noviembre desapareció. Se hicieron investigaciones al respecto, pero nadie pudo decir qué fue lo que le pasó, hacia dónde se había ido. Simplemente, se había esfumado.

Llegó el mes de diciembre, y toda la sociedad se enteró que "los elegidos" planeaban hacer una peregrinación al lugar donde estuvo la puerta para dar gracias por lo recibido y esperar la llegada del 2000 celebrando a los "ángeles".

Danny ya había hecho lo suyo, así que no pensaba cubrir dicho evento. Además, ya tenía hecho un compromiso y no pensaba ni en broma dejar de ir a la cena del Sr. Streep -dueño de la editorial que había comercializado su éxito-. Bueno... su hija era un verdadero bombón, y Danny no podía dejar ir la oportunidad de estar cerca de ella para apreciar su perfecto trasero.

Extrañamente, la cita era en aquella isla perdida en el fin del mundo donde curiosamente las principales cadenas televisivas del mundo cubrirían la llegada del año 2000.

El día 31 era un caos total en todo el planeta... todos reían, rezaban, lloraban... si alguien hubiera visto los niveles vibracionales de los seres humanos que habitan este planeta, hubieran disfrutado de un fabuloso despliegue de energías emocionales que, juntas, hacían que el campo magnético de la tierra se proyectara a varias dimensiones en su entorno.

Esa tarde Danny conversaba con Priscilla en la terraza del hotel. Tranquilamente esperaban que terminaran los preparativos para la reunión que su padre había planeado. Todos los invitados estaban presentes, algunos encerrados en sus habitaciones, otros en la playa, uno que otro como ellos dos, tirados en la terraza viendo la televisión.

Era increíble la cantidad de gente que estaba afuera de la puerta. Alrededor de medio millón de almas esperaban que llegara la media noche en un estupor de fe entremezclada con felicidad y un sentimiento de "gracias por lo recibido" pintado en cada fotón de su aura.

El calor estaba algo insoportable, así que Danny decidió invitar a Priscilla a refrescarse un rato en la alberca, a lo que ella respondió de manera poco más que decepcionante. Danny comprendió -según él- la negativa, pero su rostro se iluminó como el sol cuando ella lo invitó a recostarse a su lado en el jacuzzi.

Eran alrededor de las 10 de la noche cuando se percataron del bullicio de la gente camino a la sala. Les quedaba muy poco tiempo para prepararse para el festejo... pero que tiempo habían pasado juntos... Priscilla emprendió camino a su habitación para ponerse un fino vestido de noche al paralelo de Danny, quien se enfundaba en un brillante y modesto traje.

Iban a dar las 11:30 cuando Danny bajaba al salón. Priscilla no aparecía por ningún lado. Acercándose al Sr. Streep para preguntarle por ella, Danny se percató de las imágenes que se veían en el televisor del otro lado de la barra. Lo único que pasó por su mente en ese instante fue brincar sobre esta para subir el volumen del televisor.

Y no era para menos: las cámaras enfocaban al ángel que salía de la puerta.

Todos los asistentes a la reunión enfocaron sus pupilas hacia la televisión y un silencio sepulcral reinó en todo el salón.

- ¡¡¡BIEN!!! Que gusto me da el verlos aquí reunidos a todos. -dijo el ángel con una profunda voz- Veo que vienen a agradecer todo aquello que les fue dado en los meses anteriores.

El rugir de las gargantas de aquellos que presenciaban en vivo el suceso hizo que los jefes de transmisión bajaran el volumen de la señal, cosa que fue corregida segundos después, cuando el ángel prosiguió con su discurso.

- Todo aquello que se otorga debe ser recíproco, no importa el tamaño del sacrificio ya que ha sido bueno.

Nadie comprendió esa frase, ni de este ni de aquél lado de la pantalla. Sólo se voltearon a ver los unos a los otros mientras veían cómo un ejército de ángeles salían de la puerta formando un inmenso círculo alrededor de todos aquellos que ahí estaban.

La luz que desprendían los ángeles de sus pieles comenzaba a tomar un color brillante pero viciado... un blanco con un tono grisáceo muy extraño, que a veces tendía a parecer rojo, a veces gris, a veces más blanco. El ángel comandante agachó la cabeza entre sus puños, los cuales cruzó frente a su cabeza. La luz de su aura se tornó tan intensa como la luz del mismo sol, cegando momentáneamente a todos los presentes.

Al levantar la cabeza, sus ojos se habían tornado absolutamente negros. Los que estaban cerca de él sólo sintieron cómo se hacían presas del pánico al ver la expresión de burla en la cara del ángel. Éste abrió sus brazos al mismo tiempo que se elevaba sobre el resto de la audiencia de tal manera que nadie perdiera detalle de lo que hacía, y con un grito desgarrador, ordenó:

- ¡¡¡ HA LLEGADO LA HORA DE PAGAR !!!

Y las plumas de sus alas cayeron al piso, haciéndolas parecerse más a las de un murciélago que a las de un ave desplumada.

Y su piel, de blanca y brillante, pasó a roja y oscura.

Y sus rodillas se invirtieron, y de sus pies brotaron largas garras.

De su cabeza nacieron dos prominentes cuernos.

El resto de su ejército sufrió la misma transformación al paralelo. A ningún ser humano le dio tiempo de abrir la boca ni siquiera para gritar. Todos los transformados ángeles volaban sobre ellos, extrayéndoles el alma y acumulando estas en el cuerpo del ángel comandante.

El espectáculo era grotesco: seres desesperados por salvar sus vidas corriendo de un lado para otro de la planicie, ante los desorbitados ojos del resto de la humanidad. Nadie pudo escapar. Aquellos que lo intentaban eran interceptados por los entes voladores.

Al final, todos los "ángeles" regresaron con estruendosas carcajadas al otro lado de la puerta, la cual se cerró detrás de ellos poco ántes de desaparecer para siempre.

Los últimos 12 segundos del año de 1999 sonaron en las campanas de las iglesias alrededor de todo el mundo mientras las pantallas de las televisiones enfocaban hacia el medio millón de cuerpos que yacían en la planicie de aquél lugar del medio oriente. Los únicos que festejaron la llegada del año 2000 fueron aquellos que no vieron la televisión esa noche, aquellos que adoraban a Satán y aquellos que se suicidaron esperando el fin del mundo.

El inicio del año 2000 fue marcado. Nada lo cambiaría. El mundo sufrió como nunca había sufrido, puesto que se dejó engañar por el mismo demonio sin que su dios interviniera.

Años después, en la sala de un hospital, Danny yacía desahuciado por el cáncer. En plena agonía, abrió los ojos y pensó que veía visiones cuando notó que alguien estaba parado a un costado suyo.

- Ah... tu... acaso... ¿eres un ángel? -preguntó Danny a la hermosa mujer que, parada a su izquierda, lo miraba tiernamente-. Yo te conozco... eres... la mesera... si... la mesera de ese hotel que no existía... ¿quién eres?

Ella sonrió dulcemente, acarició su pelo y besó su frente.

- Hiciste lo que debías hacer, Danny. Gracias a ti mucha gente más dejó de ir a la puerta. Sólo fueron sacrificados aquellos que debían dejar este mundo y recibir el castigo que se les debía desde eras atrás.

- Ah... -gimió Danny- ...entonces... yo era parte de un plan... bueno... me da gusto que no solo gané dinero con ese segundo libro jejeje... también salvé vidas...

- Y recibirás un premio por ello, créeme.

- Pero... ¿porqué no me has llevado... todavía?

- Estoy esperando a mi padre... él personalmente quería recogerte.

- ¿Y... quién es tu padre?

- El dueño del hotel -sonrió ella y le guñó un ojo coquetamente-. Descansa, yo te avisaré en cuanto él llegue.

Danny cerró los ojos. Cuando los abrió, notó la presencia del hombre de barba blanca que le dio una habitación gratuita en aquél hotel que desapareció... una expresión de regocijo se veía en su rostro, y una grandiosa luz blanca emanaba de su piel.

- Hiciste un muy buen trabajo, muchacho. Ahora debes descansar. Yo personalmente te llevaré a mi recinto, donde vivirás eternamente, sentado a mi diestra.

Danny sólo sonrió débilmente. El hombre posó una mano sobre sus ojos, los cuales Danny cerró. Un haz de luz blanquiazul cayó sobre ellos, señalándoles el camino a seguir. El hombre metió los brazos debajo del cuerpo de Danny, disponiéndose a cargarlo.

Pero no fue el cuerpo de Danny lo que el hombre levantó, sino su alma, llevándosela a través del túnel, hacia ese lugar hacia el que van todos aquellos seres de buena voluntad que habitan este mundo, dejando atrás no sólo un cuerpo que se pudriría con el tiempo... dejaba un mundo que ya estaba podrido.

Documento originalmente publicado en whitepuma.net en nov 15, 1999.

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