Los límites de la paranoia

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"Creo que es un buen momento para descansar. No he podido descansar en el transcurso de los últimos días...

Y es que... ¿quién podría descansar con tal despliegue de fuerzas infernales?

Vagamente recuerdo aquella llamada de auxilio de la base en Phobos... y el comienzo de esta odisea de sangre y muerte que sólo ha logrado distorsionar mi salud mental.

Pero... ¿qué mortal en su sano juicio podría tolerar lo que he vivido YO SOLO en el transcurso de los últimos días?

Menos mal que no hay moscas en la base... no podría tolerar el ver gusanos comiéndose los cuerpos descompuestos de mis ex-colegas. Ya es más que suficiente que la maldita ventilación se sobresature y no haga más que hacer circular un olor a muerte claramente perceptible por todos lados.

(Suspiro) Ni hablar... me tocó a mí solo resolver este problema y no me queda otra que seguir adelante.

Podría decir que dios existe, pues no fue tan difícil cruzar el hangar de Phobos. Pero, ¡demonios!, fue bastante difícil saber de qué se trataba todo. El haber visto los primeros imps fue como recordar las historias de mi abuelo sobre la existencia de ciertos seres que se llevaban a los niños cuando se portaban mal...

Y después... la planta nuclear... ¡dios! ¡esa fue mucho más difícil! menos mal que ya había yo podido recoger las armas de los soldados que iba matando a mi paso. ¡Malditos demonios! ¡si por lo menos llevasen armas! ...y luego, no se diga de los charcos de desperdicios tóxicos, que ¡cómo hacían arder la piel!

Y, por supuesto, la refinería de tóxicos... y las instalaciones de control... y ¡el laboratorio!

No tengo idea de cuantas almas he liberado -si es que puede llamársele a lo que les he hecho-, ni cuantos demonios he matado. Según mis cuentas, hasta las instalaciones de control llevaba una cuenta de alrededor de 1,400 balas, alrededor de 800 cartuchos, 5 cajas de cohetes y dos cadenas de la motosierra consumidos. ¡je! ¡eso si es que se pueden contar esas cosas! ...cuando he matado demonios y soldados poseídos -o contaminados, como se oiga mejor-, no he podido sumar los contadores de armamento consumido... sólo he podido fijarme en que los contadores no lleguen a cero cuando estoy rodeado de criaturas.

Según mi mapa, después de las instalaciones de control encontré la salida hacia la sala de procesamiento central... recuerdo después haber pasado a la estación de computadoras y haber llegado hasta aquí, hasta Phobos.

Esos dos caballeros infernales fueron muy difíciles de quitar de enmedio. Pero mi astucia pudo más que sus bolas de energía.

¡Y ESOS MALDITOS DEMONIOS ROSADOS DE DOS PATAS!

Necesito dormir... pero no puedo cerrar los ojos sin despertar viendo los diabólicos ojos de un imp relucir en algún rincón oscuro. Creo que he tenido suerte al encontrar refugio... si no fueara por esos sucios cuartos no hubiese podido descansar lo suficiente como para continuar mi camino hacia Deimos.

No se que tan lejos pueda llegar. Esos stimpacks han sido de mucha ayuda para curar las heridas que los malditos me han hecho... y esas pociones mágicas que no sé qué demonios tendrán dentro que hacen que mis heridas sanen casi de inmediato.

Creo que dormiré un poco... estoy muy cansado."

(...)

He despertado de mi descanso y me he dado cuenta de lo que he escrito. Creo que me he traumado. No puedo dejar de pensar en los cuerpos que he esparcido a lo largo de los corredores de la base de Phobos, los demonios que parecieran venir del infierno mismo y se han dispersado por todas las bases alrededor de Júpiter...

Y sólo yo puedo detenerlos. No se si haya otros haciendo lo mismo, es posible, pero esta misión debo completarla.

La recompensa será llegar hasta el final, pase lo que pase, caiga quien caiga. Es notorio que nadie me ayudará, que nadie más interventrá en esta lucha de un sólo hombre contra las fuerzas del averno.

Pero será otro día. Faltan todavía 18 complejos por recorrer... apenas he terminado hasta el noveno. ¡Ojalá y el genio que diseñó estos complejos esté pudriéndose en el infierno, porque podrido de dinero ya está!

¿Cuantas almas como la mía estarán sufriendo gracias a él, o ellos? ¿Cuanto hay que sufrir para poder dormir tranquilo después de esta infestación macabra?

Ahora que he renovado energías, creo que estoy listo para continuar hacia la base Deimos. Así que... ¡brincaré sobre ese teletransportador!

(...)

¡DIABLOS! ¡HE MUERTO!

Pero... parece que aquí acababa todo... ahora tengo que comprar la versión registrada de este pinche juego para poder ver el final.

Dedicado al señor de los juegos: "Doom", de Id Software.

Documento originalmente publicado en whitepuma.net en mar 4, 2001.

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