Dulce condena a la libertad (Parte uno)

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- Aldebarán, ¿podrías ayudarme con esto, man? ¿hasta cuándo vas a seguir sin hablar? ¿cómo se supone que te ayude si no me hablas?

Él está ahí sentado en la esquina de la habitación, con la misma mirada puesta hacia algún lugar allá afuera, callado y reservado en lo suyo, está perdido en su pensamiento, atrapado en el tiempo; habla sólo lo necesario, come sólo lo suficiente para poder vivir hasta el día siguiente. En cierta forma lo envidio, es raro pero es así, para mí resulta imposible entender cómo alguien puede ser o sentirse libre estando encerrado, pero es así como él dice estar, y es así como lo siento.

Su historia es una constante tragedia: su padre lo abandonó cuando tenía tan sólo dos años, él y su madre tuvieron que arreglárselas como pudieron; luego, cuando tenía 16, su madre murió de cáncer, para mí ese fue el principio de su silencio. Quedó solo, sin nadie en el mundo y encerrándose en sí mismo y aprendiendo a hablar sólo consigo mismo y viviendo de la caridad. Ella (siempre hay una ella) hija de gente rica, acostumbrada a la buena vida y a que sus caprichos por más insignificantes que sean, se vuelvan órdenes.

- Se conocieron una tarde, ¿verdad? -Él sigue allí, indiferente, escribiendo el mismo poema una y otra vez- Bueno, si sigues así será mejor que me vaya, verás, tengo otros pacientes que atender.

- No, espera. -me dice, mirándome directamente a los ojos- Está bien, te contaré cómo fue.

- Bien, así está mejor. -Me siento en el suelo frente a él y enciendo un cigarrillo-.

- Bueno, ¿cómo quieres empezar? -pregunta- Dime ¿cómo fue que se conocieron?

- ¿No lo sabes?

- Mira, para la sociedad estás loco; para mí, siempre lo estuviste y muchas veces tus versiones de cómo se conocieron, pues no coinciden, así que no me eches la culpa; por otro lado, agradece que yo soy amigo tuyo y el médico que te asignaron.

- ¡Claro! que mejor que un loco social para atender a otro, ¿verdad?

- ¿Empezamos? -le digo-.

- OK. Verás, ese día yo andaba en un parquecito comenzando a escribir "El último sueño" cuando ella apareció frente a mí para atraparme...

- ¿Me tomas una foto? -preguntó extendiendo la cámara hacia mí-.

- Yo no tomo fotos.

- Mmmm ¿y qué es lo que haces entonces?

- Escribo...

- ¿Te negaste a tomarle una foto? ahora no tienes ninguna foto de ella...

- Tú guardas fotos de la gente que no siempre está contigo, pero Ayram siempre lo está; por ejemplo, ahora esta aquí a mi lado.

- ¿Así quieres que la gente no crea que estás loco?

- ¿Loco yo? Te equivocas, ¿acaso el amor te hace loco? hay sentimientos que son tan verdaderos que van más allá de las lágrimas, del dolor e inclusive más allá de la muerte, sentimientos que crean vida y te hacen vivir; pero tú y los demás no lo entenderían.

- Bueno, por momentos me haces sentir como si yo fuera el loco.

- ¿Y no lo eres? Estás loco por el simple hecho de llamarme loco, cuando yo sólo amo.

- ¡Hey! no me eches la culpa, empezaste a hablar solo al día siguiente que sucedió todo.

- ¿Y quién carajos dijo que estaba solo? Ustedes fueron los que creían y creen que ando solo, pero ya te lo dije, el amor va más allá de la muerte y crea vida, el que ustedes sean ciegos a este poder, no quiere decir que no exista, ustedes están muertos por dentro, andan en la vida como zombies, sin poder ver más allá de lo que les dicen que vean, sus corazones son desiertos infértiles, incapaces de ver lo que veo.

- Sígueme hablando de tu relación con Ayram, ¿quieres? Y a ver si dejas de escribir ese bendito poema que nadie entiende pero que siempre escribes, ¿por qué no escribes otro?

- Cuando muera, lo apreciarás...

- ¿Cuando qué...?

- Ayram y yo empezamos a conocernos cada vez más, había momentos en los que dejábamos de conversar y pasábamos largas horas echados en el pasto, tan solo viendo la noche caer, permanecíamos abrazados tan solo mirando la noche caer, como si no hubiera nada más allá que nosotros; cuando estaba con ella, el mundo me parecía vacío, nada faltaba, no había necesidad, no había sed, no había hambre...

- ¿Y sus padres? Tengo entendido que ellos se opusieron a la relación desde el primer momento.

- Sus padres, al igual que tú, estaban muertos en vida, ¿cómo podían entender? Estaban tan apegados a su vida material que sólo vivían para ella, por su dinero están tan llenos de mierda que nada puede nacer en ellos, nada más que el deseo de tener más; Ayram y yo nos las arreglábamos para poder vernos, algunas veces yo entraba a escondidas a su casa para poder verla, otras veces ella inventaba un cuento a sus padres y nos íbamos a acampar lejos de la gente, ella me enseñó a encontrar la belleza hasta en un cementerio, diablos, mataría a cualquiera de ustedes con tal de que ella no sufriera esta enfermedad que hace que muera por momentos.

- Hablemos un momento de su enfermedad, ¿cómo fue tu primera experiencia con ella?

- Al principio no fue fácil acostumbrarme a ella. Recuerdo que un día estábamos echados en el pasto y ella me dijo que tenía una enfermedad rara, la cual hacía que ella perdiera el conocimiento; en un primer momento pensé que era epilepsia, pero ella me dijo que no, la epilepsia puede ser controlada con pastillas, me dijo que esta enfermedad podía producirte la muerte y luego de un instante regresabas a la vida como si nada, obviamente eso me espantó, pero no fue hasta la primera vez que lo viví que descubrí un nuevo nivel de miedo.

- ¿Cómo fue?

- ¿Cómo fue? Imagina que alguien viene, te saluda muy cariñosamente y lentamente te abre el pecho, la sangre corre por todos lados, bajas la mirada y puedes ver a tu corazón latir tan fuertemente que apenas lo resistes, puedes escuchar cada latido... BOM BOM, como una bomba en explosión, mientras rápidamente esa persona le va haciendo cortes que hacen la sangre salpicar por todos lados, luego coge tu corazón en sus manos y lo tira al suelo y lo pisa con furia, mientras tú yaces en el piso sin poder hacer nada por ti, puedo decirte que este también es mi concepto de Dios.

- Pero yo pregunté como fue, no como te sentiste...

- ¿Cómo fue? ¿Cómo se supone que sea? ¿cómo te sentirías si muera junto a ti la persona que más amas? aunque creo que no lo sabes, ya que estás muerto. Recuerdo que ese día íbamos caminando junto a un riachuelo, un día antes, Ayram había metido un cuento en a sus padres, así que nos fuimos a acampar lejos de la ciudad. Anduvimos toda la mañana caminando hasta llegar a un pequeño lago, recuerdo que de inmediato nos desnudamos y nos metimos a nadar por un largo tiempo, en la tarde mientras yacíamos en la hierba, nos pusimos a conversar de todo un poco, de la vida, la muerte, la vida después de la muerte y otras especias, hasta que nos quedamos callados, nos abrazamos y tan sólo nos quedamos en silencio, cada uno pensando en lo que le interesaba... De pronto sentí sus manos frías, recuerdo que voltee a verla y ella estaba pálida, pensé que estaba muerta, pero su corazón aún latía, yo no sabia que hacer, ¿qué se supone que debía hacer, man? , yo gritaba, trataba de reanimarla, pero ella no reaccionaba, estaba inerte, no se movía, sus labios eran fríos, su mirada perdida, yo gritaba y hacía de todo pero nada ayudaba, me sentía perdido, el aire me faltaba, mi corazón dejó de latir y sólo pude llorar junto a ella. De pronto, ella despertó sintiéndose un poco mareada, yo la abracé tan fuerte como pude, ella tan solo me decía que me tranquilizara, que todo estaba bien.

- Debió ser duro para ti.

- Al principio me costó acostumbrarme, no es que sucediese todos los días, en los tres años que estuvimos juntos solo le pasó cuatro veces, lo aterrador era que cada vez era más largo el tiempo que pasaba inconsciente, pero cada que pasaba nuestra relación se hacía más fuerte, más espiritual, nos íbamos transformando en uno, ya no nos importaba los problemas. Sus padres seguían oponiéndose, pero eso ya no importaba, éramos uno, nuestro amor era vida, era Dios en su máxima expresión...

- ¿Y qué necesidad de matar?

- Él se lo merecía, tenía que hacerle sentir todo lo que provoco en mí, y todo lo que ella sufrió...

- Pero más que matarlo lo acribillaste, diablos, fue brutal...

- Excelente ¿verdad? Tuve la buena suerte de encontrarlo solo en su casa, recuerdo que lo golpeé en la cabeza tan duro que perdió el conocimiento, lo até y lo colgué, esperé a que despertara, pero el muy cabrón demoraba mucho, así que tuve que ayudarlo a despertar con un poco de agua con hielo, luego comencé a hacerle cortes en la espalda, mejor dicho dibujos, él gritaba y se retorcía; eso hacía que fallara, así que tenía que borronear mis dibujos produciéndole heridas muy profundas, la sangre salpicaba por todos lados, él sudaba , lloraba y gritaba; yo continué haciendo mis dibujitos, luego seguí por el pecho, y una gran curiosidad de ver su corazón me invadió, así que comencé a abrirle el pecho, el cabrón era muy movedizo, así que tuve que golpearlo para tranquilizarlo, continué abriendo el pecho, y cuando ya casi estaba listo para ver su corazón, pensé que sería más divertido abrirle el estomago. ¿Sabes? en las películas cuando alguien está colgado y le cortan el estómago, todas las tripas salen desorbitadas, eso me emocionó tanto que no pude esperar a hacerlo, empecé por hacerle un corte en forma de cruz, tan profundo como pude, quería ver cómo salían sus tripas, pero no lo logré, así que eso me enfureció tanto que terminé metiendo mi mano dentro de su estómago y comencé a sacar los intestinos...

- ¿Él seguía vivo?

- La verdad no lo sé, creo que no, bueno, por momentos balbuceaba cosas que no entendía, pero bueno, la cosa es que continué con mi labor, una vez que estuve aburrido le corté la yugular y todo se salpicó de sangre, salió como si fuera un chisguete, la habitación se llenó de sangre, y yo estaba tan cansado que solo me recosté en el suelo y amanecí aquí.

- Te encontraron ahí tirado sobre toda esa sangre y te internaron de inmediato aquí; te volviste loco, los que te encontraron dijeron que hablabas cosas extrañas, como si estuvieran en otro idioma y gritabas como poseído...

- Creo que está bien por hoy, ¿verdad? Déjame solo, necesito descansar, regresa mañana, sip, mañana te seguiré contando qué sucedió.

Él se para y se marcha, pero antes de pasar por la puerta, da vuelta, me mira y me dice: Toma, para que te vayas dando una idea -arrojándome un papel-.

Al leerlo, encontré este poema:

El último sueño

No es mi ideal el que quiere hoy hablar,
no es mi vida la que me pidió soñar...
no fue el viento el que me enseñó a vagar
en un sitio lejos de la realidad
fue mi alma la que me exigió libertad
no es que aborrezca el lugar...
que me vio caminar.

Solo hablo de un mundo inmaterial
donde el aire no se tenga que comprar
de una vida donde no hagan un altar
al "hombre" que vendió nuestra dignidad
no es que me avergüence de mi raíz
es que quiero otro país.

Donde el hombre sea de una sola nación,
y la piel no sea una identificación
donde todos puedan alabar su Dios
sin temer a la represión de alguna religión.

Es una tierra donde el sueño cree en sí
y no haya pesadilla que lo pueda oprimir
donde la sangre sea una sola en millones de venas
y todos canten con devoción al amor.

Sin banderas que solo tracen las distancias,
y sin lenguajes que corten nuestra esperanza
sin culturas que griten su propio cuento
solo personas que cuiden su pensamiento.

Y libertad para el que quiera cantar
y oídos para el que lo quiera escuchar...
su devoción hacia lo que quiera crear
sin contemplar que alguien lo ha de juzgar.

Algún día he de partir
y mi alma volará a nuevos horizontes
y surcará el cielo quemando sus nubes
y llegará a ese lugar... al que yo hoy empiezo a crear.

Ya no tengo un aliento para regalar
solo pienso en tu corazón sembrar... mi dulce Ayram
esto que me mueve y me hace crecer.

Es mi ultimo sueño, y quiero verlo en ti cosechar.

Documento originalmente publicado en whitepuma.net en abr 25, 2004.

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